Nunca
entendí por qué es tan complicado hablar de manera sincera en este mundo. sin embargo,
he aquí unas breves verdades que he aprendido a lo largo de nuestra vida
juntos.
Herencia
Eres una de las personas que más admiro. siempre
nos enseñaste el valor de la honestidad, el valor del trabajo y el respeto. en
algún punto supongo que pensamos de manera muy distinta, y de un tiempo para
acá no te juzgo, sino que trato de comprender desde donde te encuentras tomando
las decisiones que tomas. pienso en las decisiones que has tomado contra lo que
piensas, para poder darnos un apoyo sustento y ayuda; para darnos todo lo que
está en ti, pienso en todo lo que has perdido, con tal de nosotros no tener que
vernos en esas circunstancias.
Dejaste todo de lado, para darnos una opción un
poco menos peor en la vida. una posición más holgada, pero a su vez nos
enseñaste a tratar de superarnos y no conformarnos con la misma. comprender que
no todos tienen las mismas oportunidades.
El día de hoy, tu herencia para con nosotros es más
importante que cualquier cifra, porque si de cifras se trata salimos perdiendo
la cuenta en cuanto tiempos de infancia, tiempos de picnics, tiempos de calidad
en parques y datos curiosos. algunas tardes de domingo con temas de
conversación alejados de los convencionales; una curiosidad inmensurable por lo
que nos rodea. desde el micro al macro pasando por la relaciones ordinarias y
aledañas. en cualquier momento el observar, analizar y comprender.
He pasado toda mi vida, sabiéndote, teniéndote y escuchándote.
(Que no sé qué hacer ahora.) para cada problema por ordinario o
complicado que se nos ha presentado en la vida; siempre tener la certeza que
nos aguarda una plática en la mesa, sosegando el tema y contemplándolo con un
enfoque más calmado. al final de todo nada es realmente un problema, es
simplemente una conversación pendiente contigo para darnos cuenta de que tiene
solución. Ahora, supongo se acumularán las pláticas para cuando coincidamos de
nuevo, o serán pláticas en un solo sentido, con esperanza que donde quiera que
vayas, puedes llegar a escuchar algunos susurros nuestros y viceversa.