miércoles, enero 13

65

Nunca entendí por qué es tan complicado hablar de manera sincera en este mundo. sin embargo, he aquí unas breves verdades que he aprendido a lo largo de nuestra vida juntos.

Herencia

Eres una de las personas que más admiro. siempre nos enseñaste el valor de la honestidad, el valor del trabajo y el respeto. en algún punto supongo que pensamos de manera muy distinta, y de un tiempo para acá no te juzgo, sino que trato de comprender desde donde te encuentras tomando las decisiones que tomas. pienso en las decisiones que has tomado contra lo que piensas, para poder darnos un apoyo sustento y ayuda; para darnos todo lo que está en ti, pienso en todo lo que has perdido, con tal de nosotros no tener que vernos en esas circunstancias.

Dejaste todo de lado, para darnos una opción un poco menos peor en la vida. una posición más holgada, pero a su vez nos enseñaste a tratar de superarnos y no conformarnos con la misma. comprender que no todos tienen las mismas oportunidades.

El día de hoy, tu herencia para con nosotros es más importante que cualquier cifra, porque si de cifras se trata salimos perdiendo la cuenta en cuanto tiempos de infancia, tiempos de picnics, tiempos de calidad en parques y datos curiosos. algunas tardes de domingo con temas de conversación alejados de los convencionales; una curiosidad inmensurable por lo que nos rodea. desde el micro al macro pasando por la relaciones ordinarias y aledañas. en cualquier momento el observar, analizar y comprender.

He pasado toda mi vida, sabiéndote, teniéndote y escuchándote. (Que no sé qué hacer ahora.) para cada problema por ordinario o complicado que se nos ha presentado en la vida; siempre tener la certeza que nos aguarda una plática en la mesa, sosegando el tema y contemplándolo con un enfoque más calmado. al final de todo nada es realmente un problema, es simplemente una conversación pendiente contigo para darnos cuenta de que tiene solución. Ahora, supongo se acumularán las pláticas para cuando coincidamos de nuevo, o serán pláticas en un solo sentido, con esperanza que donde quiera que vayas, puedes llegar a escuchar algunos susurros nuestros y viceversa.