Nunca he sido de la clase de
personas que se preocupan por el futuro, es decir siempre pensé que de algún
modo brincaría de los 20´s a los 40´s y ya saben comenzaría a quejarme de la
política, del transporte público, de la música ruidosa los fines de semana y
todas esas cosas que probablemente a esa edad parecerían irritantes. El trasfondo
de mi reflexión anterior es porque estoy próximo a cumplir 27 y no sé qué
carajos voy a hacer de mi vida. He estado teniendo unos ataques de pánico
nocturnos y no creo que se deban a otra cosa, en este momento preciso, la vida
es buena, tengo a mi familia y no somos la familia modelo aunque tal vez
podríamos hacer las cosas mejor, mi salud se mantiene y he estado teniendo
estas fases de dispersión que no me molestan del todo. generalmente tengo unos
momentos para pensarme bien que es lo que ha estado sucediendo y que es lo que
quiero que suceda y justo en ese momento es donde me entra el nervio; supongo
es propio de la edad, no voy a salvar al mundo en este punto de mi vida, ni
cambiar la forma en que se percibe para otros y probablemente ese es el choque más
grande; quizá es algo que quisiera hacer, ya saben el encabezado del periódico
sería: “ Hombre local con pijama salva a la ciudad de Monterrey VI” y
probablemente al indagar más del asunto descubran que los han timado los
voceros que pasan por la calle.
Dentro del proceso de negación
relativa con la edad me he estado tentado a abandonar la ciudad e irme a un
rancho orgánico, ya saben sembrar, vivir de la tierra y lo que pueda producir
en ella; ser una especie de estos tipos locos que creen que no se requiere al
gobierno para poder seguir viviendo y estando alejado de todo para mantenerme
sin preocupación alguna. De alguna manera hay una frase clave que me ha
comentado Zeltzin a principios de esta semana: ¿tú también eres de los que no
se pueden morir por qué tiene trabajo al
día siguiente? nunca he sido del todo responsable y creo que lo triste es que
tiene algo de razón, no puedo mandarlo todo al carajo, porque me preocupa un
poco que haré de mi vida o de dónde planeo que llegue el dinero si voy a vivir
al margen de la sociedad.
Otro factor que he estado
considerando es volver de esta clase chavorucos que siguen vistiéndose como en
sus años mozos a pesar de que eso años se han ido hace mucho y ellos tratan de
adaptarse pero simplemente son como estas ballenas atascadas en la orilla del mar
sin poder llegar a ningún lado. Podría ponerme uno de esos tatuajes tribales en
la cadera baja, uno que diera la señal correcta cuando entre a un bar y me
pregunten qué es lo que hago para vivir, ya saben podría simplemente bajar un
poco mi pantalón y decir, esto es lo que hago para vivir; con algo de suerte si
no me consideran lo suficientemente guapo para pensar que me prostituyo, me
considerarían demasiado estúpido como para molerme a golpes. Bueno la clase de
tatuaje que he estado pensando no es tribal del todo, es una idea vieja, ya
saben un clásico de cuando se tiene todo el mundo por delante y tiene uno la
especie de esperanzas como cuando son
las elecciones y piensas que todos juegan limpio, hablo de ponerme un retrato
de Van Gogh y saben tiene una carga emocional muy importante para mí y no me confundan
no soy del todo solitario, me gusta pasar el tiempo con personas, escucharlas y
pasar momentos agradables, aunque también disfruto mis tiempo solos y creo que
tengo amigos, considero que Van Gogh siempre ha sido un parte aguas en mi
educación, porque uno se da cuenta de que no todo en el mundo sucede de la
manera adecuada y cuando se cree que se tiene algo realmente la intenciones son
otras completamente malversadas.
Tomando todo esto en una
dirección completamente distinta y probablemente lejos del nido, creo que sería
un buen momento para rasurar mi cabeza y dejar esta onda de creer que voy a vivir de mi
obra, podría incluso comenzar a vender seguros, no sé porque creo que tengo
algo de habilidad para las ventas, después de todo es parte de la genética de
la familia, no el vender seguros, pero ciertamente el comercio tiene una línea
muy marcada en la genealogía, el abuelo de mi abuelo obtuvo su apellido
intercambiando por algunos granos de trigo, mientras todos en el pueblo
escondían a su hijas porque los revolucionarios pasarían para robarlas y ya
saben tenerlas de adelitas; el abuelo de mi abuelo, hombre sabio y de visión,
tuvo la brillante idea aparte de entregarle a sus hijas sin la menor traba, les
vendió además una garantía extendía, una garantía en la cual si su hija llegaba
a escapar de este destino nómada que le estaba siendo impuesto, el sin ningún
problema podría remplazarla; de cierta manera encontró la manera de poder vivir
de sus hijos y a la vez ganar renombre comprándole a un hombre en desventaja. Saben,
si esto no es la base del comercio, no tengo idea de que pueda serlo entonces.