En el centro de la ciudad, justo
en el edificio blanco que se encuentra a la mitad. pasando el pasillo principal
y llegando al segundo piso; entre los locos que están perdidos ahí, que tienen
las miradas clavadas y la mente en un lugar definido. ahí está el último horrocrux de tu recuerdo; entre las
hojas finales de la odisea espacial, del querer invadir marte; de la fantasía
idiota de saber un futuro inexistente. así que la próxima vez que estés
deambulando con el pendejo que sea te acompañe, recuerda pasar por tu basura,
pues es un lugar público y sobre todo, que a nadie la gustan los vestigios.