miércoles, marzo 5

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Esta noche solo me consuela jack white, su guitarra doliente y sus letras llenas de hastío. las presiones de una familia en constante crecimiento, que no se dirige a ningún lugar. a veces me cansa mucho la gente de la que me he venido rodeando todos estos años, pues de cierta manera, son como una instantánea de cierto momento de tu vida; ha sido hace tanto tiempo que ya todos hemos cambiado y somos distintos, entonces un día te topas esa fotografía donde vistes una playera ridícula con una leyenda como: “grunge is dead” y sabes que es muy tonto, pues a estas alturas, si es algo que uno cree, no se lo va gritando a todo el mundo en la cara, más bien uno va como eligiendo sus batallas para que al final no sea tan cansado; luego podría resultar como ladrarle a la pared o a la luna toda una noche entera. así me siento respecto a la gente que me he venido frecuentando todo este tiempo, a momentos los veo y digo: “dios, soy tan estúpido y peor aún que estúpido fui en ese momento preciso de mi vida” quisiera saber si ellos también han estado cambiando y pueden notar la racha de historias que les traigo a la mente, en donde ellos formaban parte de una unión de características específicas. creo que ha estas alturas del partido es bonito-triste saber que no existe la amistad para toda la vida, pues la gente va cambiando hasta con el pinche semáforo, el trabajo, que sí el encargo de un identidad era para ayer, el marcador del partido, el aumento del predial, los pagos, una canción, una banda. todo nos va metiendo nuevas perspectivas y es como escuchar nuevos discos de la misma y saber que tiene  una nueva dirección y que aunque tu también has ido cambiando tal vez la emoción ya no sea la misma con el paso de los años; pero ambos (JA!) tienen la certeza que siempre tiene un espacio reservado en determinado disco que te arropa en los momentos clave que vivieron. cosa que no sucede con la gente que está aquí, pues a veces simplemente los veo y me da una tensión estúpidamente irremediable, sobre todo cuando preguntan “¿Qué Novedades? ¿Qué hay de nuevo?” porque entonces siento como si fuera el entretenimiento constante de ellos, como si tuviera que reportarles cada puto aspecto de lo que está pasando en mi vida, lo peor viene luego, pues se quedan esperando que uno les haga segunda para preguntarles, porque se ve que ellos se mueren de ganas de decirte, es ahí cuando me gusta ser descortés y dejarlos, con la charla a medias; no saberles nada, hay cierta gente que me interesa, pero cuando sucede eso, supongo que uno siempre se mantiene en contacto e interacción y va sabiendo lo que le sucede sin tener que preguntarlo.

Supongo que después de todo, por eso me he cargado una racha medio huraña, donde lo único que me mantiene relajado es salir a correr como loco, ver a la gente, pero no hablarle; incluso fingir sordera y utilizar el lenguaje de señas para que la gente trata de hacerme conversación lo menos posible. el ver a  algún conocido y dejarme puestos aun los audífonos, fingir una prisa inexistente y moverme sin remordimiento.


Así que para concluir mí ensayo sobre el ser huraño y sus beneficios, les quiero decir que no me remuerde la conciencia, ni me quita el sueño; así que si me ven ni me saluden y si me saludan sean breves, pues generalmente tengo prisa por ver el pasto crecer, los pájaros volar y el aire mover las copas de los árboles.