viernes, febrero 7

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"Monterrey era su ciudad, eso es algo irremediable; a donde quiera que fuera, ella lo acecharía de manera casi natural. estaba condenado a vivir a su sombra, como quien tiene en su historial amoroso a la chica menos agraciada en cualquier aspecto.

No había algo que el añorara más, que alejarse y no volver, que de pronto todo terminara en el desván de los recuerdos, como una mala noche de copas; pero era un tipo romántico y el alejarse en el plano geográfico, simplemente terminaba enlazándolo mas con monterrey y la chica que en el habita. 
De pronto todo era como un duelo entre ambos ( los tres: Monterrey, ella y él) en el cual no se tenía en claro al ganador, a momentos la ciudad sentía la pequeña victoria del rechazo de ambos, pero otras veces (al huir) ellos sentían que la ciudad era poca cosa; es entonces, cuando en el extranjero, donde a nadie le importa un carajo quién eres, qué haces y mucho menos de dónde vienes; que tenían que recurrir a ella, para tener ese sabor a casa, aunque sea una nostalgia barata. 
Poco a poco, el duelo se fue tornando aburrido, y ella (no la ciudad) decidió marcharse en definitivo, al poco tiempo él se dio cuenta, que llevaba rato ausente y la ciudad se volvió indiferente para con todos"

Aquí estoy, un pinche jueves por la madrugada, leyendo basura romántica, de un terruño al que se le ve más por interés que por cariño. creo que estoy en el margen del ocio, con sus respectivos 10 minutos para elegir la palabra adecuada. eso podría resumir de cierta manera, el asco que siento para con todo, no es apatía, pues algunas cosas me interesan, pero aun así me resultan repulsivas; probablemente sea el hecho de querer un trabajo estable, o claramente el no saber que chingados quiero. estoy cansado de ver a toda esta gente, sabiendo lo que quiere, teniendo niños por todos lados, viviendo en fiestas y compromisos sociales; algunos hasta aprovechan que son bonitos y se la viven de fotos. odio eso, es decir no soy atractivo, y el autoconcepto que me impera, es que me pudo haber ido peor. ¿a que va todo? la verdad no va a ningún lado, como la vida, que sigue aquí, en mi puto cuarto, un pinche jueves, mientras espero sonar la alarma para ir a una entrevista de un trabajo que quiero, en una ciudad con la cual tengo una relación complicada. al fondo la lluvia sigue con un ritmo zen, que más que calmarme me hace pensar en ¿cómo es que no puedo dormir?