En algún lugar de la angustia matutina
en una ciudad que apenas respira, los autos se entorpecen al cruzar.
I
¿Puede uno encontrarse solo del
todo?
Siempre existe esa sensación de
que alguien merodea y pudiera aparecer ante cualesquiera de las situaciones
posibles, las entre calles en silencio, lámparas fundidas y vehículos intermitentes.
Hay tanto de todo, las casas duermen, algunos se deleitan de creerse
solitarios.
II
Hace tiempo que he estado embriagándome
con gente que no conozco. Es mi nueva clase de afición, cuando no quiero pensar
en nada, o más bien trato de distraerme del todo. Después de dos cervezas la
mayoría piensa que te conoce; sucede que ven algún reflejo de las características
cuando se bebe. Al final del día no es así, siempre termino con una excusa para
retirarme antes de lo planeado.
III
Tengo el celular lleno de notas
inconclusas, me ha entrado un pánico absoluto a escribir y dar detalles de lo
que sucede. Generalmente cuando hay una estructura que no define el todo, uno
suele llenar los espacios y le da nombre a las calles, plazas y personas. Todo se
complica.
IV
Creo que lo mejor del año hasta
el momento sucedió el viernes pasado, salí en bicicleta por los espacios
aledaños y el aire en el rostro siempre le anima a uno, la velocidad, el
movimiento, hay algo.
Después del recorrido inicial y
para las primeras horas del día siguiente, tengo recuerdos breves de pedalear
con mi alma entre los pocos carros y ver a las personas en sus porches como
preparados para dormir. En algún punto decidí seguir a pie, pero después del
viento, la velocidad y el movimiento el caminar resulta no tan grato cuando se
quiere aventura.