No suelo extrañar mucho a las
personas; me gusta pretender que sí, pero al final del día cuando es el momento
antes de quedarme dormido, yo sé que es todo mentira. me gusta extrañarme, me
extraño todo el tiempo, me extraño respecto a mí, en presencia de ellos y también
en sus ausencias. al final de todo, resulta que toda la vida voy a estar
conmigo; así que tengo que saber como voy a reaccionar ante determinada
situación, es por eso que me extraño cuando todo sucede, pero existe la certeza
de que sucederá de nuevo, y en el instante preciso en el que eso ocurra, me
extrañaré en el momento en el que no está ocurriendo nada.
Algo así como un egoísta
empedernido.